Ser zorrillo cuando se pesca lubina

¿Alguna vez has tenido uno de esos días? Bueno, adivina qué, lubina también. Ser zorrillo para los no iniciados en la pesca significa «no pescar».

¿Qué tal uno de ESTOS días?

Estás en el agua o ganando al banco. Los lubina están ahí, puedes ver evidencia de ellos, has reducido su tamaño, has cambiado de la superficie del agua a la mitad del fondo. Has pasado de lo flash a lo sutil, de la potencia a la delicadeza, has cambiado de color varias veces y no te quitan nada.

¿A qué te dedicas? Bueno, te voy a decir… a veces los bajos, por cualquier motivo, simplemente fallan. Es difícil encontrar una guía o tutorial que le diga algo que no sea la ubicación incorrecta, la presentación incorrecta, el momento incorrecto, el color incorrecto o cualquier combinación de estos. En esta primavera de 2020 con un clima extraño, aprendí que a veces simplemente están llenos, golpeados por el viento, apagados durante ese tiempo o, por cualquier motivo, sin alimentarse.

Sucede. Cuando suceda, recuerde que nosotros también tenemos días así. Últimamente he pasado por un momento increíblemente difícil en mi vida personal y sé que muchos de ustedes probablemente también lo hayan pasado. La situación en la que nos encontramos actualmente a nivel mundial no tiene precedentes y, a veces, los peces y especialmente la lubina también tienen una temporada así. Al menos para mí, en el medio oeste norte de Estados Unidos parece que los lubina tienen esto en común con nosotros. Ha sido una primavera extraña por decir lo menos.

Esta primavera he visto a lubina haciendo camas, educando y manteniendo tanto lo profundo como lo poco profundo al mismo tiempo en áreas relativamente pequeñas. Las temperaturas y los niveles del agua han variado enormemente de un extremo al otro de una masa de agua.

En tiempos difíciles, a veces lubina simplemente se suspende o se queda en un lugar. Muy parecido a lo que muchos de nosotros hemos estado haciendo.

Supongo que para mí la lección es la siguiente: todos pasamos por momentos difíciles. Hombre, pez y todo lo demás. Ser zorrillo puede enseñarnos tanto y, a veces, más que tener uno de esos días en los que no se lanzan cada dos días. Presta atención a lo que sucede en el entorno que te rodea, esfuérzate al máximo y no olvides apreciar el tiempo que dedicas a hacer lo que amas. Incluso si los peces no cooperan, no se frustre ni se vaya a casa sintiéndose peor que cuando llegó. He cometido ese error demasiadas veces.

Líneas apretadas e incluso si no hay peces, ¡pesca!